[Universidad de Salamanca]

Fuentes e historiografía del reino suevo. Una relectura

La historia del reino suabo de Gallaecia está marcado por la naturaleza de sus fuentes. La mayoría de ellos tenían una perspectiva algo 'negacionista'. Aun siendo la primera entidad constituida como reino dentro del Imperio Romano, nuestro principal informante, el cronista Hydatius, se resiste a reconocer cómo Reino la entidad política con la que convive. No lo hace hasta el 456, cuando anuncia su desaparición a manos de las tropas de Teodorico. Sólo al final de su crónica y de su vida, Hidacio parece estar de acuerdo en que los suevos constituyeron una realidad política a tener en cuenta, ya no son los naciones sin fe, como aún recuerda en el 460, si no un reino que no es legítimo por sus orígenes, cuanto menos formaba una entidad que en modo alguno puede negar. Hydacio apenas sabe nada de lo que puedan ser las estructuras internas de esa monarquía, sólo el efecto que causan a su alrededor, el rechazo que provocan y también la seducción a la que someten a otros sectores de la población, a una parte de la aristocracia dispuesta a buscar colaboración, para construir una nueva realidad territorial.

Esa perspectiva colaborativa parece haberse impuesto en el período comprendido entre 469 y 550, cuando hubo una connivencia de intereses contra la agresividad goda. La figura de Martín de Braga, gracias a la suya propia y a una historiografía dedicada a exaltar su tarea como factótum de la conversión al catolicismo y organizador de su Iglesia, oscureció lo que probablemente había sido parte de un largo proceso de negociación entre la élite guerrera suaba y las aristocracias, sean romanas o indígenas, laicas o eclesiásticas, que trillaba Hydacio en su Crónica. La correspondencia entre el papa Vixilio y el obispo Profuturo de Braga, fechada en el año 538, es un texto que da cuenta de la normalización de las relaciones en la sociedad gallega, normalización que hace comprensible un proceso de confluencia hacia el catolicismo que las fuentes centran en Martín. . Sin dudar de su papel como misionera, la monarquía suaba no debe ser vista como un oscuro apéndice de la historia posimperial, es indudable que cuenta con el reconocimiento de los monarcas merovingios (Gregorio de Tours es el primero en hablar de una El Reino de Galieno) y muy probablemente de la corte de Constantinopla.

A identificación Reino de los suevos - Reino galo fue sin duda eficaz, la persistencia de la Gallaecia como parte diferenciable en la posterior constitución del reino visigodo, procede probablemente de esta época, del siglo VI en el que se reconoce ampliamente la corte de Braga. Sin embargo, la historiografía visigoda volvió a negar el pasado suevo. Sólo unas pocas noticias de Xoán Biclarense e Isidoro de Sevilla, relacionadas con la conquista, quedaron como recuerdo de sus vecinos peninsulares. Tras la violencia ejercida durante la anexión y la que sin duda acompañó a la conversión y de la que apenas se recuerda en las actas del III Concilio de Toledo, el reino suevo de Gallaecia desapareció de las fuentes. El inmenso peso que iba a imponer el goticismo a las construcciones históricas de los reinos de Asturias, León, Castilla y luego España, iba a borrar la memoria Suave de la gran mayoría de las crónicas, en todo caso nadie parecía mostrar ninguna. interés por vincular su presente con el pasado de algunos vencidos, aunque hayan contribuido significativamente a la formación de su identidad territorial posromana.

Pablo C. Díaz Martínez

Catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Salamanca, centró su investigación en la época tardoantigua. Los procesos de adaptabilidad institucional de suevos y visigodos, la continuidad o ruptura de las formas de explotación del territorio, el papel social e institucional de las distintas formas del monaquismo peninsular, o la respuesta de las comunidades campesinas a las formas dominantes en el medio ambiente ocupó sus investigaciones más recientes Coordinador del Grupo de Investigación Reconocido Antigüedad Tardía y Alta Edad Media en Hispania (ATAHEMIS), participó en numerosos proyectos de investigación que centraron su atención en el noroeste ibérico. Entre ellos: La Hispania septentrional en la Antigüedad tardía: integración y resistencia frente a las estructuras sociales y políticas dominantes; Colapso y regeneración en la Antigüedad tardía y Alta Edad Media. El caso del noroeste peninsular; Formación y dinámica de los espacios comunales ganaderos en el noroeste de la península ibérica medieval: paisajes e identidades sociales en perspectiva comparada. Fruto de ese trabajo son numerosos estudios en relación con la Gallaecia tardíos, entre los más recientes: «Bárbaros, los romanos y la conformación de las identidades provincianas en el siglo V: el caso de Gallaecia», en Tommaso Gnoli, Valerio Neri (eds.), Identidades regionales en el imperio tardoantiguo, Milano 2019, pp. 99-137; «Toribio de Astorga y sus corresponsales. Argumentos dogmáticos y control jerárquico», Gerion 39-2 (2021), 631-646. Como cita de trabajo conjunto El reino suevo (411-585), Madrid 2011, 302 págs.